Escobarpor Macarena Rojas-Abalos

 

Creador y Director de una de las plataformas más innovadoras de difusión científica, hoy Sebastián Escobar, Bioquímico y doctor en Biología de la Universidad de Barcelona, apuesta al empoderamiento ciudadano a través de una cultura científica.

Sebastián reconoce que la página Chile Científico surgió como un hobby en 2005 y su objetivo era la difusión. “En esa época no había ni Facebook ni Twitter y la única manera de llegar a la gente era a través de la plataforma”. Diez años después, y ya consolidados, él y su equipo decidieron reinventar la forma de acercarse a la ciudadanía a través de la ciencia ciudadana.

A pesar de que el concepto en Chile es nuevo, la apuesta es que los ciudadanos tengan un compromiso real con la investigación.“Estábamos con la idea de hacer partícipe a la gente, que ellos pudieran contribuir activamente al desarrollo científico del país generando resultados y adquiriendo nuevo conocimiento”, afirma.

 

¿Por qué deciden dar un vuelco hacia la ciencia ciudadana?

La verdad es que estábamos cansados de hacer difusión vertical, en el sentido de entregar información sin interacción. Por eso decidimos presentarnos como una plataforma de ciencia ciudadana, en la que no sólo se puedan encontrar noticias científicas sino que además la gente pueda ser partícipe de proyectos y generar resultados. De esta forma la ciudadanía se involucra en temas científicos e integramos a este tercer actor que sería la gente.

 

Este año lanzaron nuevamente la página y con ella el piloto de ciencia ciudadana, ¿cómo evalúan el proyecto?

¡Fue todo un éxito! La verdad es que no sabíamos cómo iba a ser la llegada, si la gente se iba a interesar o no y si los científicos iban a utilizar los datos entregados. En este último caso fue la doctora Verónica Burzio de la Fundación Ciencia & Vida, quien quiso participar. En su laboratorio prueban un agente antitumoral que ataca células cancerígenas, y lo que nos entregó fueron imágenes para medir la proliferación celular y ver si la terapia daba resultado.

Nuestro objetivo era que la gente participara en el conteo de células y que se generaran resultados coherentes a los que la doctora Burzio ya tenía. Eso para nosotros era un gran desafío porque ellos ya sabían cuantas células habían en el experimento. Trabajamos de forma ciega hasta el momento final cuando hicimos el análisis estadístico y verificamos que los resultados concordaran con los que su grupo había obtenido.

La gente se motivó mucho, se inscribieron 200 personas rápidamente y las tareas se cumplieron al mes.

 

¿Crees que en Chile existe un interés de la población por temas científico-tecnológicos?

Esa respuesta no es tan clara. Por ejemplo, si miro el feedback que tenemos en la página y redes sociales, te tendría que decir que sí, hay un interés brutal. Sin embargo, eso es muy sesgado porque nosotros tenemos un público muy fiel, relacionado, en su mayoría, con la ciencia.

Sinceramente no sé si hay un interés en ciencia y tecnología, yo creo que hay interés en las cosas tecnológicas, y ahí tienden a contabilizar ciencia. Pero si a la gente común y corriente le preguntas qué sabe sobre tecnología te va a responder sobre internet, drones o el último teléfono en el mercado. Pero si preguntas por ciencia muchas veces no comprenden a qué se refiere, y ahí falla alguien, o el mensajero, ya sean periodistas o investigadores, o el público porque simplemente no le interesa.

 

En ese sentido, ¿crees que reconocemos que la ciencia debe jugar un rol importante para el desarrollo de un país?

Yo creo que esa es una respuesta muy automática, la sociedad siempre te va a decir que la ciencia es importante, lo que no quiere decir que la vea como una prioridad. Hay mucha gente que desconoce, por ejemplo, que para encontrar alternativas al cobre es necesaria la investigación. O incluso, ahora con el terremoto de Coquimbo, todos esperábamos la opinión de un geólogo, el experto que pudiera responder las preguntas que todos teníamos. Ahí la gente reconoce inconscientemente la importancia de un desarrollo científico, pero eso no quiere decir que tengamos una cultura científica. Es más, si les preguntamos: ¿Usted estaría de acuerdo en que disminuyeran los fondos de investigación para terremotos y maremotos? La respuesta sería unánime, “sí”.

 

¿Entonces falla el periodista en hacer la pregunta correcta?

Indudablemente, pero más que el periodista son los medios que no venden la ciencia como noticia. Los investigadores son convocados cuando hay un evento particular, y en ese sentido son sólo una frase dentro de un contexto. Lo interesante sería que un medio decidiera hacer de una investigación una noticia.

 

¿Qué rol deben jugar los investigadores en la difusión?

Yo soy de la idea de que el periodista es el que debe comunicar, el que tiene que llevar la nota, enfocarla bien, suavizar el lenguaje y hacerla masiva. Esto principalmente porque el científico no sabe comunicar. Sin embargo, sería muy interesante que sí supiera los canales a los cuales dirigirse cuando quiera transmitir algo, a quién llamar o dónde enviar el material.

 

Pero ¿deberían tener una participación más activa?

Absolutamente, pero no es algo que se le puede pedir a todos por igual, hay un tema de personalidad. Hay gente a la que le cuesta mucho hablar en público, algunos son más tímidos y otros son más apáticos. Ahí es el periodista es quien debe saber reconocer a aquellos que tienen la facilidad para comunicar.

Por otro lado, los científicos tienen un rol social que en muchas ocasiones no se cumple. Las investigaciones se financian con el dinero de todos y a nivel país debe haber un conocimiento de cuáles son las principales líneas de investigación. No hay que olvidar que el objetivo último de una investigación es publicar, y eso no es tan sólo llegar a una comunidad reducida sino que llegar a todos.

 

¿Faltan herramientas para empoderar a la gente en temas científicos?

Creo que la herramienta elemental es la educación, principalmente a nivel pre escolar y básico. Ahí es importante que los profesores tomen la iniciativa y el desafío de inculcar en los niños el interés por la ciencia. Actualmente hay proyectos de universidades y centros de investigación para llegar a la comunidad pero si los profesores no se motivan es poco lo que se puede avanzar. Una estrategia que está comenzando hoy es el trabajo integral de las materias, unificando todo lo que es ciencia y tecnología (STEM) en otras áreas como el lenguaje o arte. Así, si el profesor de música entra en diálogo con el de química se puede llegar a un trabajo muy positivo.

De hecho, aprovecho de invitar a la gente para que se informe sobre lo que hacemos y nos escriba con sus iniciativas.

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